Sunday, October 4, 2009

3: El ombligo del mundo

El bus era un lugar para contemplar el paisaje por la ventana, y el pasado. Yo vi una montaña como un fantasma, Cotopaxi. Era un triángulo blanco de nieve a lo lejos, y apenas parecía real.

Mientras íbamos a un pueblo llamado Papallacta, pensé en otro acontecimiento de Quito. Hace un par de días, él estaba allá, caído en la plaza. El hombre viejo no pidió ayuda de nadie, ni hizo un sonido, ni una expresión de dolor. Su pie estaba atascado en un agujero en medio de una plaza. Él no podía levantarse. La posición del pie parecía dolorosa. Un joven pasó e intentó levantar el caido, pero no pudo. Lo dejó.

Después de un rato, una mujer pasó por allí y recogió el hombre viejo por las axilas. Él podía andar otra vez. Ellos se separaron y siguieron viviendo. Era triste ver el hombre caído porque era tan débil. Afortunadamente, existe buena gente que puede rescatarle a uno, y sacarlo de los huecos.

Cotopaxí ya no estaba afuera de la ventana. Papallacta estaba en medio de las montañas nubladas y misteriosas.

Papallacta se conoce por sus piscinas termales, llenas de agua calentada por energías volcánicas. En las piscinas, Corey y yo hicimos carreras de natación contra chicos jovenes, y platicamos con todos. Después, Corey me dijo en inglés - ‘Migo, deseo que yo hubiera prestado atención en la clase de español.

Él estaba triste porque no entendía mucho español, y hablaba menos. En ese momento, Coreycito decidió dedicarse más a aprender el idioma (como suponía hacer en la clase de español que tenía por años en la escuela preparatoria). Él quería hablar bien para que los niños dejaran de burlarse de él.

Papallacta es un lugar chiquito. En nuestro hostal, no podíamos cerrar la puerta con llave. El cuarto estaba en algún tipo de sótano, pero no me molestaba. Dejamos las cosas allí y fuimos en busca de donde comer.

El restaurante, si así se podía llamar, era perfecto. Los dueños eran un hombre y su hermana. Ellos nos invitaron a sentar en el comedor, donde una mesa pequeña estaba bajo la luz de un solo foco. El restaurante entero era el tamaño de un closet pequeño, pero se sentía como una casita buena. Yo conversé con ellos mientras cocinaban una trucha para nosotros. Corey estaba emocionado por eso. -Yo me crié en un lugar donde había muchos pescados- explicó. - Mi papá es criador de trucha. Un fish farmer.

El hombre y su hermana eran muy simpáticos. El hombre nos dijo que el planeta era más ancha por el ecuador. -Y por eso, mi país se conoce como el ombligo del mundo.

Usted tiene que imaginar la esfera de la tierra, con un ombligo que sobresale del resto, y eso es Ecuador con sus montañas. Supuestamente, Ecuador es más lejos del centro del mundo y por eso es más alto que la montaña Everest.

Yo no sabía si ese hecho era verdad o no, pero me gustaba pensar que por el capricho de un amigo, aquí estábamos los dos curiosos, merodeando por el ombligo del mundo.

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